Trazos criollos, vivencias retradas
de Rodrigo Cardozo

Rodrigo Cardozo encontró en Tacuarembó su lugar en el mundo. Ahí ejerce su profesión, forma su familia, establece su hogar y encuentra el ámbito, el manantial que alimenta su mundo expresivo. 

Las actividades productivas del campo lo requieren como ingeniero agrónomo pero además como protagonista y testigo de un mundo que va más allá de su función primera. 

En él se percibe una empatía con la totalidad del entorno : el espacio circundante y quienes se mueven en el mismo. Aparecen en sus dibujos corrales, galpones, alambrados, la sombra de algún árbol en primer plano, es decir los escenarios habitados por los protagonistas  : trabajadores rurales, caballos, ganado, algún perro... Como un sístole y  un diástole se asiste a visualizaciones de la actividad o el reposo.

Este es el mundo con que empatiza Rodrigo, pero afortunadamente, además, dispone de un lenguaje para expresarlo. El aunar el amor por esos lugares y su gente con una gran capacidad expresiva constituye su singularidad. Porque al ver sus dibujos no sólo percibimos su identificación con los temas elegidos, sino también un compromiso, una concentración, un enriquecimiento progresivo, un disfrute en los medios gráficos elegidos. 

Aunque lo que reúne esta exposición es de gran calidad por las características de la personalidad de Rodrigo, preveo con certeza desarrollos futuros siempre  crecientes.

- C lever Lara